12.19.2008

NAVIDADES... otra vez

Las navidades siempre me han gustado, pero hay cosas que no soporto: no soporto ver a familiares que me digan "uy, qué culo se te ha puesto", no soporto la lotería de navidad que hay que comprar sí o sí (este año 60 euracos en la de la empresa... uff... me han dolido), no soporto los villancicos de Raphael en el Mediamark, no soporto el vino de garrafón que compran los amigos de mi madre, no soporto las discusiones de nochebuena (esas que suceden antes de que lleguen los invitados y todos pongamos buena cara), no soporto los anuncios de las ONG's (durante todo el año no hay tantos y a lo mejor serían más efectivos...)... hay muchas cosas que no soporto... lo sé... y la más importante es: ¿qué regalo compro? ¿qué hago en nochevieja?... agh.

Por lo demás, la navidad es divertida: haces números para ver si llegas a enero, inventas nuevos insultos maldiciendo porque no tienes paga extra... que sí, que vale, que hay vacaciones, que hace fresquito en la calle y se está muy a gusto en la cama, que te vas de viaje (a lo mejor), que te hacen regalos (a lo mejor)... pero es inevitable... es imposible... siempre, por muy guays que sean las navidades, siempre hay que ir de cena de empresa (si tienes), siempre hay que comer con las tías y los primos de a saber qué pueblo (si existen) y siempre, siempre acabas con cuatro Kilos de más (y esto sí que los tendrás y sí que existirán)...

En navidad compramos, comemos, bebemos... y eso nos hace felices, ¿qué se le va a hacer? somos así, pero ¿y lo guay que es ver la cara de tu sobrino cuando recibe sus regalos? yo no tengo sobrinos, pero seguro que mola mucho... ¿y lo guay que es cuando te toca algo en la pedrea de la lotería y te vas de cena con tu novio? a mi eso no me ha pasado nunca, pero tiene que estar bien...

Este año hay muuuuchas cosas que quiero para reyes o para papá nöel o lo que sea, pero me temo que ya soy mayorcita para ir diciendo eso de "me lo pido"... jolín, con lo increible que era pedir y que luego te regalaran otra cosa... bueno, eso sigue pasando.

(un par de días después)

Pues sí, ya es navidad... me han tocado 100 euros en la pedrea y me han regalado una aspiradora electrolux sin cable y sin bolsa... las dos cosas me hacen ilusión... qué triste, eh?... que haga ilusión lo de los 100 euros lo entiendo, pero l o de la aspiradora ya es otro tema... triiiiiiste.

Pues sí, ya es navidad y he ido de cena de empresa... bien, bastante bien... comida, bebida y bailoteo en un pub de rollo retro. Con decir que sonaban los Héroes del Silencio... pero divertido...

También he ido ya a comer con la familia.. nadie me dijo lo del "culo gordo"... todos mis pronósticos se están yendo a la mierda... mejor.

En fin, que ya es navidad, que ya he empezado a comer turrón y a reservarlo en las cartucheras, que ya he pillado mi primera borrachera navideña y su pertinente resaca, que ya está a puntito de pasar todo y eso da pena, porque lo mejor de la navidad es ponerla verde antes de que llegue.

Felices fiestas y que os den turrón.

12.11.2008

UNA FOTO DE LUCERNA QUE ME GUSTA

No es nada del otro mundo, pero me gustó la luz de esta ciudad y cómo todo se reflejaba en el río.

12.08.2008

VIAJE SUIZO ENTRE AMIGOS ESPAÑOLES

Hola a todos, ya hemos vuelto de nuestra escapada al país Suizo... y a parte de decir que lo hemos pasado estupendamente, que nuestros anfitriones se han portado de maravilla y todo lo demás... Os explico nuestro viaje, para los que quieran ir:

Viernes 5 diciembre

Llegamos al Euroairport algo más tarde de las 22:00h y como no llevamos maleta facturada vamos directamente hacia la puerta que indica Basel, pasamos por aduana, enseñamos nuestros DNI... lo típico. El Euroairport es pequeño y está todo indicado -con lo cazurros que somos no nos perdemos ni una sola vez-. Nos dirigimos hacia la parada de bus, subimos en el nº 50 y no pagamos ticket porque nos sirve la confirmación de la reserva del hotel y eso es como si lleváramos la mobility card de basel.

Nos bajamos en la Estación de Basilea y caminamos unos metros hacia la parada de tram... aunque antes nos metemos dentro de la estación pensando que el tram está ahí... pero NO, no es como el metro!! el tram está fuera y sus paradas son como las de bus.

El funcionamiento del tram en Suiza es como el de cualquier metro, a nosotros nos costó verlo porque pensamos que funcionaría como el tram de Lisboa (un tram que da la vuelta completa al trayecto)... pero tranquilos que no llegamos a equivocarnos... si es que con el inglés se llega a todas partes! (esto es mentira, las veces que hablamos inglés sólo nos entendieron la mitad)

En el tram tampoco pagamos porque tb nos sirve la reserva del hotel... mola porque un billete para usarlo en toda Basel durante 1 hora cuesta 3 francos.

Paramos en Messeplatz y caminamos hacia el Easyhotel que tenemos reservado junto con otra pareja española que también van allí.

El Easyhotel es una sorpresa agradable, porque teníamos reservado una habitación sin ventana y pensábamos que nos agobiaríamos, pero de eso nada, os aconsejo esta cadena de hoteles porque nos costó 30 euros la habitación (reservando con antelación de un par de meses) y no son tan pequeñas como creíamos... sí, 10 metros cuadrados no son mucho, pero es suficiente para poner una cama de matrimonio, poder pasar alrededor de ella y tener un cuarto de baño decente (wc, lavabo, secador de pelo y ducha). La cama muy cómoda, las toallas limpias, el aseo nuevo... qué más se puede pedir? buenos sí, que la tv fuera gratuita...

Nos comemos nuestro bocata y caemos rendidos... hasta el día siguiente.

Sábado 6 diciembre

Nos levantamos a las 9, una duchita y a la calle!! hace un poquito de frío, pero es soportable... total, ¿qué son 4º?.

En recepción cambiamos un billete en monedas, recogemos nuestra mobility card que nos sirve para subir al tram y vamos hacia la estación de tren. Desde allí salen trenes hacia Zürich cada media hora más o menos, los billetes de tren en Suiza son caros, pero se comprende porque te ofrecen muy buen servicio: los trenes son amplios, cómodos y muuuuy puntuales.

Los billetes se pueden comprar en taquilla o en máquina (que está en varios idiomas... no, en castellano no está). Nosotros los compramos en taquilla porque la máquina sólo devuelve hasta 20 francos y no tenemos billetes pequeños. El billete de ida a Zürich cuesta alrededor de 30 francos.

Como subimos en el tren (desde él vemos nevar) que no hace paradas, tardamos 50 minutos en llegar a la estación de Zürich, donde Yoli y Guille nos están esperando... un abrazo muy fuerte, unos besos y ¡en marcha! ¡venga, que hay que ver la ciudad!.

En Zürich llueve, sacamos los paraguas, compramos un billete de día para el tram (7 francos) y vamos al centro de la ciudad.

Zürich es una ciudad pequeña con espíritu de capital, todo está limpio y la gente come en la calle aunque haga frío... las calles son pintorescas y la decoración navideña muy sobria (Yoli dirá que sosa). Las calles adoquinadas son cruzadas por las vías del tram, todos conducen rápido con sus coches automáticos y son respetuosos con los semáforos y los pasos de peatones... dan asco de lo civilizados que son.

Vemos la catedral, alguna iglesia y el ayuntamiento. Lo más bonito son las calles estrechas del casco antiguo y el lago, que es impresionantemente grande... lástima que lloviera, pero aún así el paisaje era de postal.

Comemos una "salchichoken" (no lo pidáis así, eh?) como las alemanas... mmmm... se me hace la boca agua de acordarme! es una salchicha blanca enorme, con pan y una tarrina de mostaza... nos lo zampamos de pie bajo el toldo del "chiringuito", los zuriqueses come así casi siempre, porque sólo tienen una hora de descanso a medio día.

¡y seguimos paseando! hay mucho que ver en Zürich, si tenéis tiempo siempre podéis visitar algún museo o galería de arte, aunque los de Basel son más prestigiosos tengo entendido.

Por la tarde vamos a visitar a Sandra, que acaba de abrir una tienda de zapatos: "Movida", es una tienda muy bonita, todo moderno, todo muy blanco y rojo... vende zapatos made in Italy (como su novio!!) y made in Spain (de Alicante!!), allí nos invita a un café y a proseco (cava italiano) brindamos para que le vaya bien en su negocio. Los zapatos en Zurich son bastante caros, pero ella los vende a precios muy razonables.

Tras la visita nos dirigimos al barrio "chungo" de Zurich... dicen que es "el barrio rojo" de allí, pero a lo light! no veo ni putas, ni chulos, ni camellos... ni nada de nada... pasear por allí es de lo más seguro... vamos, que no nos atracaron.

Si no recuerdo mal, en el barrio chungo es donde visitamos la Brokenhaus, una tienda de tres plantas donde venden cosas de segunda mano: muebles, ropa, libros, menaje de cocina... en Suiza es normal tener cosas de segunda mano, eso está genial para las parejas jóvenes como Yoli y Guille, que se han amueblado su piso con muebles regalados, cosas de segunda mano compradas en esta tienda y compradas en Ikea (que allí es más barato que en España).

Cuando nuestros colegas consideran que estamos bastante reventados nos llevan a su casa (antes recogemos las maletas de la oficina de Yoli) que está en la zona 5, a las afueras. Su pisito es muy cuco, 50 metros cuadrados con un salón grande, baño, dormitorio y cocina... por supuesto con calefacción.

Me llama la atención que no tengan lavadora y Yoli me cuenta que tienen una en el sótano para todo el edificio. Su turno es los miércoles.

Con el tema de la basura también me sorprendo. Allí la basura se saca una vez a la semana y en bolsas que hay que comprar al ayuntamiento... curioso.

Yoli nos prepara una cena riquísima: pollo al curry con verduras y pasta... es la reina de la comida thailandesa, se le da bastante bien para ser una española en Suiza... ya sé, esto no tiene nada que ver...

Después de cenar nos damos una duchita y cogemos un tram para ir a un pub que se llama El Lokal.. creemos que uno de los jefes debe ser hispano, por el nombre, porque tienen algunas tapas para comer y porque tiene santos en un rincón... Es en El Lokal donde compruebo que las suizas son asquerosamente guapas (todas altas, delgadas, rubias y con una cara perfecta... agh!) y los tíos suizos tienen un algo de "Príncipe Carlos"... vamos que no valen ná de ná... lo bueno, que Zurich es muy internacional y hay italianos, franceses y alemanes a capazos... y algunos de esos sí están para acunarlos por la noche...

En El Lokal buscamos un hueco... no hay mesas ni sillones ni sofás vacíos.. pero encontramos nuestro espacio al lado de la barra en el altillo, con vistas al local completo y casi debajo de un esqueleto gigante que cuelga del techo... nada mal para tomar unas cervezas' que es lo que bebe todo el mundo... cerveza o "Rivella", aunque la Rivella la piden más para comer o para beber durante el día. Este refresco no tiene alcohol, sabe como a ginger pero con menos gas... a mi me gustó. Guille nos explicó que se fabrica con "algo" sacado de un animal... imaginad nuestras respuestas: sangre!, semen!, bilis!, el líquido de los ojos!... al final sólo se trataba del suero de la leche...

Después de la cerveza al tram a casa y a dormir... hay que estar frescos para seguir turisteando.

Domingo 7 de diciembre

Nos levantamos a las 9 y desayunamos una fondue de chocolate con frutas a la española, es decir, con chocolate a la taza... nada mal para el día que nos espera.

Desde la estación de tren de Zurich cogemos un tren dirección Lucerna (creo que vale por los 40 francos la ida y la vuelta...). Tardamos menos de una hora en llegar y nada más salir de la estación nos sorprende que hace sol y hay más de 5º... temperatura agradable allí.

Paseamos por el puente, la ladera del río, vemos una iglesia, visitamos al león de piedra que hay en un parque, nos comemos un sandwich y unas castañas asadas, subimos a unas torres que hay en la parte alta de la ciudad, bajamos por otro lado, paseamos por los puentes de madera y entramos a una pastelería para reponer fuerzas... y es que no hay nada mejor que un trozo de tarta de arándanos con un capuccino o un chocolate blanco a la taza.

Después de atiborrarnos de dulce seguimos paseando por la ciudad, cruzamos un puente de madera techado que incluía un molino y me enfrenté a los cisnes suizos... vaya mala hostia que tienen los condenados! pasean tan tranquilos entre la gente y de repente si te agachas a hacerles una foto van directos hacia ti.

Cuando se hizo de noche volvimos a Zurich y vimos el mercado de navidad (también vimos el de Luzern) que está dentro de la estación de tren... peazo árbol decorado con cristales de swarowsky que tienen!! por supuesto está vigilado y vallado con cristal de seguridad... aunque no sé para qué, porque los zuriqueños son gente de lo más legal... imaginad que cuando nos hicieron un control de tickets en el tram no había absolutamente nadie que no llevara los tickets en regla... son lo peor... en Madrid ya hubieran salido corriendo lo menos una docena de personas.

Por la noche volvimos a casa de Yoli y Guille y probamos a cocinar un rösti (patatas con bacon, primero hervidas en láminas y luego fritas en mantequilla), el tema es que como tardaba tanto en quedarse tipo torta le metimos un huevo batido y en lugar de bacon le pusimos jamón york... pero estaba de vicio, eh? y NO, no era tortilla de patatas!!

Para acompañar la cena nos fundimos una botella de proseco en honor a Sandra y a su novio... y ya de paso para despedir el viaje.

lunes 8 de diciembre

Madrugamos y hacemos madrugar a los anfitriones, que nos acompañan a la estación y nos despiden en el andén... no, no hubo lágrimas porque los vamos a ver a final de mes cuando vengan a España por navidad, pero sí pena por dejarlos solitos allí, por no verlos los sábados en Mandrágora... pero lo dicho, que en ná están por aquí dando guerra.

Vamos en dirección a Basel, tenemos unas tres horas para ver la ciudad, así que nada de ir cargados con maletas. Dejamos el equipaje en las consignas de la estación de tren de Bailea (8 francos por 24h) en la taquilla nº13, salimos a la calle y cogemos el primer tram que nos deja cerca de markplatz, como se nos escapa el 11 subimos al 2 (creo que era el 2... no sé, la línea rosa), cada billete de tram vale 3 euros (se pueden pagar en euros o en francos) y dura una hora, como no tenemos pensado subir más de dos veces es rentable comprar dos billetes en lugar de uno de día.

Desde el tram vemos una iglesia que nos gusta, así que sin pensarlo bajamos antes de llegar a markplatz y... sorpresa! resulta que hemos bajado justo donde hay una ofi de turismo (pillamos un plano, porque el nuestro me lo he olvidado en la maleta) y el mercadillo navideño de la ciudad... perfecto, damos una vuelta, vemos todas las tonterías que venden y se nos hacen las 12:00... ¡hora de comer en Suiza!, así que compramos una salchicha como las del primer día y seguimos nuestro camino.

Vamos por una de las principales calles comerciales de Basel hasta la markplatz, que es donde se ponen los puestos de verduras y donde está la rathaus (el ayuntamiento) que es de un color rojo intenso y resalta de entre el resto de edificios. Entramos al patio donde hay frescos pintados en las paredes, una escultura de Carlo Magno y un árbol de navidad con bolas rojas, a juego con el edificio... si es que estos suizos están en todo!

Al fondo del patio hay unas escaleras, nadie sube, pero como está la puerta abierta y somos españoles (siempre podemos recurrir al "no comprendo your lenguaje") subimos y subimos, cruzamos otro patio y llegamos a la parte trasera del ayuntamiento... vaya, qué decepción, no hemos visto al alcalde... y volvemos a la markplatz en dirección al puente viejo desde donde hay unas vistas preciosas del Rhin y las gaviotas. Como hace sol, la gente está en las escalinatas de la ladera del río comiendo y descansando.

Cruzando el puente llegamos a la parte nueva de Basel, nos compramos un vino caliente y caminamos de nuevo hacia la parte antigua. Callejeamos, nos encontramos con la biblioteka. seguimos callejeando por los alrededores de San Peter o algo así y , al final, llegamos a la Spalentor, que nos pareció más bonita de lejos que de cerca, pero mereció la pena verla, tan grande y tan llena de palomas.

Después volvimos a markplatz y de ahí al mercado navideño, dimo otra vuelta para calmar nuestro afán consumista, subimos al tram, llegamos a la estación, sacamos las maletas de la consigna, subimos al bus 50 (3 francos) y nos pasamos una hora en el euroairport.

Llegamos a casa algo más tarde de las 8, cansados y cargados de chocolate, como los reyes magos. Fin.