6.19.2011

NEW YORK, A LOVE YOU!!!! (PARTE 3)

DÍA 2

A las 9:30h estamos desayunando en el lobby del hotel, preparados para un desayuno rápido y poco saludable: café aguado con leche y un par de muffins hipermegacalóricas.

Sobre las 10 estamos cerca del Flatiron building, un edificio que hemos visto infinidad de veces en películas y cuya peculiaridad reside en su forma de plancha... digamos que su planta es triangular conlos cantos redondeados. Una de las pelis en las que mejor podemos verlo es en "La edad de la inocencia".

Es aquí, cerca de Washintong Sq y del Flatiron donde vemos caer los primeros copos de nieve... los primeros de una tormenta que más tarde colapsaría Nueva York.

Caminamos hacia East Village mientras la nieve va formando una fina capa blanca en el suelo y sobre los coches aparcados. El frío se hace notar y muy cerca del Soho y Little Italy decidimos calentarnos con un capuccino y una porción de tarta de chocolate en el Café Dante.

Desde las ventanas del café vemos cómo la nieve cada vez cae más fuerte, es muy bonito... cuando salimos del Dante seguimos callejeando por Bleecker St. entramos en una tienda de ropa vintage y fotografiamos algunas ardillas en las numerosas plazas.

Así, inspeccionando calles y empapándonos de nieve y ambiente neoyorkino se nos hace hora de comer. Con los pies mojados (Esther sobre todo porque sus botas son de ante) y las manos heladas entramos a un restaurante de comida biológica (el natural food está muy de moda en NY) donde comemos por unos 14$ cada uno (unos 11 euros). Yo opto por un plato abundante de verduras al vapor sobre arroz integral y no uso la salsa que me traen de acompañamiento, el agua la sirven en jarras y es del grifo... está buena, es gratis y no pedimos nada más para beber. Lo que más me gustó fue la cesta con diferentes tipos de pan que nos pusieron.

Desde nuestra mesa podíamos ver la intersección de dos calles y cómo el viento creaba torbellinos de nieve, que cada vez caía más y más densa. En esos momentos yo me debatía entre el "oh, qué guay!" y el "por favor, que sólo nieve hoy".

Tras la comida el frío es mayor y en las aceras se acumula ya tal cantidad de nieve que podemos hacer batalla de copos. Vamos por Broadway St y entramos a tiendas de zapatos colapsadas de gente, Esther necesita unas botas de agua ya mismo, pero parece que no acabamos de encontrar las adecuadas.

Así, por Broadway vamos hasta Chinatown hasta que llega el momento de dar la vuelta porque el frío es impresionante, el aire corta y la nieve impide ver más allá de dos metros... los comercios empiezan a cerrar, los coches dejan de circular, ya no se ven las rayas de las carreteras, ni los pasos de peatones... volvemos hacia atrás y compramos las botas... necesitamos entrar en calor y cambiarnos los calcetines... nos sentimos como si estuviéramos en la montaña y de un momento a otro fuera a aparecer Jesús Calleja con un grupo de sherpas.

Son las seis de la tarde y es completamente de noche, estamos helados, cansados y flipados con tanta nieve... tenemos una necesidad imperiosa de tomar algo caliente y cambiarnos los calcetines por unos secos, así que entramos en un Starbucks y entramos en calor con un buen capuccino.

Estando en la cafetería miramos hacia el exterior y ya es noche cerrada, no hay nadie por la calle... sólo escuchamos el rugir del aire arrastrando olas de nieve. Sobre las 18:30h nos avisan de que van a cerrar y tenemos que irnos.

Cuando volvemos a salir a la calle decidimos localizar una boca de metro y hacer varios transbordos hasta el hotel, pero tras sacar los tickets las puertas de acceso a la estación no se abren, Santi se cuela, los billetes de Esther y el mío sí que parece que van, p no acabamos de comprender cómo funciona el sistema de trenes. Los europeos estamos acostumbrados a que los andenes estén conectados por el interior, pero en NY tienes que entrar por la boca de metro correcta dependiendo de cuál sea tu destino... salimos al exterior de nuevo y cruzamos la calle para acceder al metro desde el otro lado, pero ya no funciona ninguno de los tickets... tenemos la cara enrojecida del frío, las cejas congeladas y las chaquetas escarchadas... sea como sea hay que parar un taxi. Volvemos al exterior y ¡suerte! justo enfrente de nosotros una mujer abandona su taxi y lo abordamos como si fuéramos piratas.

El taxista nos comenta que conducir está siendo un infierno (en bastantes tramos no hay más coches por las calles a parte del nuestro), se le han congelado los limpiaparabrisas y nos avisa de que tardaremos como 20 minutos en llegar al hotel... las suelas derrapan al girar por el hielo, la nieve cubre las ventanillas...

Y llegamos al hotel sanos y salvos...  no recuerdo cuánto pagamos pero fue barato (seguro que en Alicante nos hubieran cobrado como dos o tres veces más).

Tras una ducha bien caliente y descansar decidimos bajar de nuevo a la calle para comprar algo de cena. en la calle de al lado tenemos un Dely super apañado donde nos preparan unas tortillas con jamón, zumos, sopas y no sé cuántas cosas más por poco dinero. Una vez cenados volvemos al hotel y este sería el día que más pronto nos acostaríamos... a las doce ya estábamos dormidos, cansados y algo inquietos por si la tormenta se alarga y no podemos disfrutar de la ciudad.

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